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Me llamo Paco y por esas cosas inesperadas o casuales que a veces suceden en la vida descubrí la fotografía y decidí hace un tiempo encauzar la misma como un oficio y modo de vida.
Las cosas las tenía claras desde el principio y desde ese punto de vista había varias premisas que formarían el eje principal a través del cual giraría el tipo de fotografía que iba a desarrollar.
Ante todo tengo claro que soy persona antes que fotógrafo. Y eso es fundamental para poder capturar la esencia de las personas.
Así desde la emoción que me transmite la fotografía, lo que de verdad me apasiona es poder transmitir a través de mis imágenes los sentimientos, el alma, la naturaleza de las gentes. Solo así considero que la imagen cobra vida propia hoy, y aún mañana tendrán toda la vigencia y poso de madurez necesaria que acumulen con el paso del tiempo para volver a despertar la emoción y sentimientos que la primera vez guardaron para siempre.
De este modo, la sencillez, elegancia, naturalidad, frescura, diversión, emoción o creatividad son adjetivos que impregnan por derecho propio mi forma de ver, entender y aplicar en mis fotografías y siempre buscando adaptarme a cada persona y parejas, a sus gustos y exigencias para que con posterioridad y con las imágenes o un álbum en la mano se sientan ellos mismos y satisfechos.
Por todos estos motivos y por tener claro que soy una persona entregada y apasionada busco personas o parejas que consideren su boda maravillosa y especial.
Si te vas a casar porque «es lo que toca» y no le vais a poner todo el amor del mundo en prepararla, no soy lo que estáis buscando. Y lo digo sinceramente y de corazón. No elijo a los novios porque sean más o menos guapos, o porque su boda sea en un palacio, en una masía o en la orilla de la playa, elijo a los novios por lo enamorados que estén, por la dedicación y el cariño con el que preparan su boda y porque sepan transmitirme la magia con la que llenarán ese gran día.
Eso lo se nada más leer el primer correo que intercambiamos. Y es que considero que para hacer un buen trabajo, esto debe ser algo mutuo, no un simple contrato. Los novios me eligen por mi forma de trabajar y mi forma de acompañarlos en su boda, y yo elijo inmortalizar la historia del día más importante de sus vidas como pareja.
Reservo un número muy limitado de fechas de boda al año. Aunque recibo peticiones para hacer 3 o 4 veces esa cantidad, prefiero tener menor número y ganar menos dinero, para hacer un buen trabajo y dedicarle a cada pareja el tiempo que se merecen. Para ello tengo que descartar a las parejas que están dispuestas a pagar lo que les pida pero sin haber pasado algún filtro, a las que solo les importa el precio y el número de fotografías y no se interesan en saber qué contratan y a quien. Por favor, leed el contenido de mi página, yo lo haría si tuviera que contratar al fotógrafo de mi boda.
Os invito a recorrer todos los rincones de mi página, si consideráis que mi forma de pensar y mi filosofía de trabajo os satisfacen contactar conmigo y os informaré de todos los detalles que estiméis oportunos.
Si algo he aprendido de la fotografía de bodas es que mi trabajo no vale tanto ahora como lo que valdrá cuanto más tiempo pase. Los recuerdos se borran, se difuminan con el tiempo. Yo entrego algo más que un producto a cambio de un precio, entrego un paquete cargado de momentos, que llenarán de detalles y darán color a esos recuerdos cuando pasen los años.
Cuidaos y sed felices !!!!!